viernes, 7 de abril de 2017

LOS CRITERIOS




Por: Elkin Bolaño Vásquez
Coordinador Salón de arte popular

Reiteradamente se escucha a muchos artistas hablar sobre la falta de criterios para escoger o excluir algunas obras. No obstante, la gran mayoría de estos comentarios se originan precisamente en los artistas, cuyas obras, pertenecen al segundo grupo. Parece que no hay claridad que el primer criterio, en cualquier concurso de arte, es que algunas obras serán escogidas y otras no. Pero sobre todo, hay una verdad inevitable: los criterios, para deliberar en un concurso de arte, deben ser flexibles, porque por la naturaleza intuitiva y creativa del arte es imposible definir reglas rígidas y exactas.

Por ello, el Salón de arte popular, para darle coherencia al sistema deliberativo, sostiene la misma nómina de jurados, entendiendo con esto, que las discusiones se resuelven, no se reiteran y se renuevan para dar más tiempo al análisis de las obras. Una de las prominentes ventajas de esta nómina de jurados, a parte de su amplio reconocimiento y trayectoria, es que cada uno de ellos tiene una especialidad diferente, lo que contribuye ampliamente al enriquecimiento de las indagaciones. Un ejemplo patente, de este enriquecimiento, son los artículos que cada uno de ellos escribe para los catálogos de los Salones.

La antropóloga Gloria Triana, se preocupa por la reivindicación, en múltiples frentes, del arte popular. Es indudable que el arte popular existe en Colombia y que la Fundación BAT es su único promotor, con la realización de más de 80 exposiciones, en museos y centro culturales de todo el país. Pero según Triana, con razones convincentes, se necesita más. En su análisis, descubre que el arte popular es una noción que se estudia a nivel filosófico internacional y en latitudes donde las tradiciones artesanales son prácticamente inexistentes. Sin embargo, y a pesar de las encumbradas personalidades que estudian el arte popular, Triana observa que en nuestro país los intelectuales de la cultura han dado la espalda a un arte que habla sobre la cara olvidada de Colombia, limitado la posibilidad de estructurar su mercado. En este sentido, Triana llama la atención sobre que no son suficientes las obras y las exposiciones que se hacen con ellas, si no existe una articulación coherente entre la academia, los intelectuales y el mercado.

El artista plástico Guillermo Londoño, en su análisis, se enfoca en el proceso artístico de las obras, lo que lo lleva a la siguiente conclusión: El gran aporte del arte popular es el oficio, y este es innato a él, nace en la intimidad del ser, de sus raíces, de su cultura. El arte popular es un compendio de historias de vida que parecieran cotidianas. Pero en la forma en que estos artistas entienden el objeto, o un rostro, o un paisaje, entendemos la complejidad. Su aporte al pintar, esculpir, fotografiar o hacer un video, tiene un carácter único. Su inmaculada relación con el origen, con la esencia, con lo propio, desde la manualidad hasta la técnica, es lo que los jurados aplaudimos.

Por su parte, Elvira Cuervo de Jaramillo, exdirectora del Museo Nacional y exministra de cultura, enfoca su mirada en el hermetismo del arte contemporáneo, que aleja al público, en relación con el arte popular, entendiendo que este último es el resultado de una necesidad que busca cambiar la visión internacionalista y elitista de las artes plásticas. Por ello afirma: Constituye para nosotros, los jurados, una especial satisfacción constatar en la actualidad que el arte popular se ha incrustado de manera definitiva en el corazón y en el quehacer cotidiano de miles de artistas empíricos de Colombia, a quienes se les ha ofrecido, por primera vez, una oportunidad de presentar sus obras de arte ante un numeroso público que las admira y en múltiples ocasiones las adquiere.

A su turno Eduardo Serrano, en su rol de curador y crítico de arte, se enfoca en el cambio de roles que se ha dado entre los artistas, las obras y los curadores, siendo estos últimos los protagonistas de la escena artística. El arte popular al estar por fuera de los intereses de los especialistas, no ha sido permeado por la idea de que el arte debe ir en contra de las tradiciones y saberes populares, lo que lo lleva a considerar, como una diferenciación con el arte contemporáneo, que el arte popular tiene su ritual fundacional en el oficio y la intervención manual del artista (…) pero también las ideas, los conceptos que encarnan las obras y desde luego, las posiciones ideológicas y políticas que pongan de presente. (…) De manera que su apreciación conduzca a reacciones, no dirigidas, ni preestablecidas, sino espontáneas, a través de las cuales el arte recobre sus dominios aparentemente perdidos en los vericuetos intelectuales de los especialistas. En el Salón BAT de arte popular los reflectores están sobre las obras, no sobre la retórica de sus intérpretes.

Para una ampliación de los enfoques y criterios de los jurados con respecto al arte popular, consultar los catálogos de las cinco ediciones del Salón BAT de arte popular.


III Salón BAT, Bicentenario de la Independencia:


V Salón BAT, Colombia plurietnica y multicultural: 
http://www.fundacionbat.com.co/file/Documento/7672PeriodicoBat.pdf